Autor: Gustavo Alberto Manzo Ugas (Abogado y Profesor Universitario de Derecho Constitucional, Política, Filosofía. Caracas, Venezuela)

    Una parte del Grupo guerrillero Farc se escindió para tomar las armas nuevamente, ya cuando el proceso de paz había avanzado lo suficiente para considerarlo en pleno funcionamiento.

    A  menos de una semana de haberse producido este anuncio, el 29 de agosto, por parte de quien ocupaba el segundo lugar en la cadena de mando del grupo guerrillero, Iván Márquez, de retomar las armas y el camino de la violencia como medio para el logro de sus objetivos políticos ya se observa las primeras acciones.

    Es necesario decir que las Farc era un movimiento de extrema izquierda, inspirado en el marxismo leninismo, que toma las armas para luchar en contra de los postulados que se establecieron desde el estado colombiano, en  la estructura institucional, asociados al liberalismo y el capitalismo. Todas sus actividades han estado enmarcadas dentro de la ilegalidad y el terrorismo siendo el narcotráfico, el secuestro y el lavado de dinero parte de las actividades de financiamiento.

    La parte de las Farc que decidió separarse del proceso de paz es pequeña sin embargo, no por eso debe dejar de ser tomada en cuenta, más cuando se han producido declaraciones del Presidente colombiano, Iván Duque, señalando la intervención del Presidente venezolano en la toma de armas por parte de la guerrilla.

    Lo primero que salta a la vista como consecuencia de la ruptura de la paz es la complicación de las relaciones colombo-venezolanas, más de lo que ya están producto del éxodo venezolano.

    En otro orden de ideas y de caras al hemisferio, la vuelta a las armas de una parte de las Farc, puede traducirse en la posibilidad de tomar un segundo aire, que busca vehementemente la izquierda latinoamericana, para lo cual el discurso, su contexto y la épica guerrillera, bien sirven como motivación para recuperar parte del terreno que eventualmente se haya perdido.

    Por su puesto al establecer las vinculaciones y consecuencias es imprescindible pensar en Cuba como epicentro y generador de la idea asociada a las Farc, muy en consonancia con la retórica usada por Maduro y un tanto menos López Obrador en México quienes, pueden ser eventuales aliados de la separación de la facción de las Farc.

    Hasta ahora el gobierno venezolano no ha negado la acusación proveniente de Colombia y ha declarado alerta naranja en la frontera viva, desplegando además sistemas misilísticos de defensa de acuerdo a las más recientes declaraciones de Maduro.

    Inmediatamente que se dio la ruptura ocurrieron en Colombia una serie de hechos violentos entre los cuales figuran la muerte de una candidata a ser alcalde por el Municipio Suarez, Karina García. De igual manera han surgido diversas declaraciones de voceros colombianos señalando que esta disidencia de las Farc se encuentra en territorio venezolano y desde allí opera y ejecutan acciones.

    De igual forma el gobierno colombiano aseguro que no utilizaría la confrontación bélica como instrumento para dilucidar los problemas con Venezuela. Sin embargo la temperatura y malestar de las relaciones bilaterales ha subido nuevamente por lo cual no se harán esperar nuevas posturas que pueden incluir el cierre de las fronteras.

    Ya antes en el pasado las Farc han tratado de exportar su movimiento más allá de las fronteras colombianas por lo que no se descarta, de ser cierto el apoyo venezolano, que situaciones como esta tomen cuerpo tal como ocurrió con la revolución cubana en sus inicios.

    Lo que está muy claro es que el destino de este nuevo grupo guerrillero que ya se identifica con ideales bolivarianos está ligado por completo a su vinculación con Venezuela. Ello porque este país que integra un eje con China, Rusia, Corea del Norte y Turquía entre otros estados, se ve amenazado por la práctica  norteamericana que ha escalado en sanciones a diferentes personeros gubernamentales venezolanos.

    Una hipótesis no descartable es el establecimiento de un sistema de colaboración fluida de las fuerzas armadas venezolanas con la disidencia de las Farc, lo cual le otorgaría un manejo militar adicional, esta hipótesis sumada por ejemplo a la eventual sociedad con otros grupos guerrilleros que no se han sumado al proceso de paz colombiano, como por ejemplo el ELN, darían un resultado catastrófico para fines de la paz en la región.

    De igual forma la modificación del mapa geopolítico en América centro, norte y sur recibirá la influencia directa de la modificación de las relaciones políticas en Colombia producto de la ruptura del acuerdo de paz y tendrá una incidencia en las preferencias ideológicas que se van sumando a la izquierda continental. No en vano la última reunión del foro de Sao Pablo se desarrolló por completo en Caracas ciudad en la cual se albergan   otros de los guerrilleros evadidos de Colombia.

    La otra variable que se debe tomar en cuenta a los efectos de completar el panorama geopolítico es el efecto económico producto de un recrudecimiento de la violencia en Colombia y sus fronteras. Tomando en cuenta que actividades como la venta de armas y estupefacientes inciden de manera directa en este aspecto. De igual manera una caída de la economía colombiana tendría su reflejo en el producto interno bruto de la región panamericana que exhibe resultados positivos frente al estancamiento de las grandes economías internacionales.

    Las primeras escaramuzas  diplomáticas se mantienen dentro de lo verbal, sin embargo el movimiento de tropas de Venezuela y las órdenes presidenciales pasan al plano de los hechos más allá de las palabras, y ya hay ya más de tres mil efectivos militares venezolanos en la frontera, que ha sido declarada en alerta naranja.

    Por ahora Cuba no ha intervenido y los Estados Unidos mantienen su posición sosteniendo pedimentos de extradición para dos personas del cuadro directivo que se separó del proceso de paz, ligada a delitos de narcotráfico, posterior a la firma del acuerdo de paz. China y Rusia se han mantenido al margen y los otros vecinos de Colombia hasta ahora no han tenido intervenciones relevantes.

    (Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen solo al autor y no reflejan necesariamente la política editorial y las opiniones de World Geostrategic Insights).

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