Autor: Gustavo Alberto Manzo Ugas (Abogado y Profesor Universitario de Derecho Constitucional, Política, Filosofía. Caracas, Venezuela)

    La Argumentación correcta exige que una persona en la posición de convencer persuadir o probar sus afirmaciones cumpla con determinadas reglas lógicas que a la postre determinaran la validez de aquello que pretende.

    Se argumenta diariamente por diferentes razones y con los objetivos más diversos.

    Por supuesto en términos de Geopolítica al igual que ocurre con la política interna de cada país, se utiliza la argumentación para convencer al otro de determinada acción con consecuencias políticas, o en sentido contrario primero se dan los hechos y luego se usan los argumentos para sustentar  actuaciones de los estados o sus gobernantes.

    En todo caso la falacia implica un argumento que presenta una forma específica inválido por completo, la falacia es el error desde el punto de vista aristotélico, pero también es la mentira. Una mentira que puede ser llevada a cabo de manera ingenua o puede que tenga una naturaleza intencional y de esta distinción se presentaran consecuencias en el interlocutor que es objeto de la falacia.

    También es la infracción de la reglas lógicas en los argumento, es decir una afirmación o una negación sobre un hecho persona o circunstancia puede que sea una opinión pero en toda caso la sustentación de la afirmación o la negación debe estar presente pues sobre si misma no puede sostenerse requiere del apoyo del argumento

    Afirmamos la coherencia del título del artículo con los hechos que conmocionan varios países de America Latina. Recientemente hemos visto como  en Ecuador, Perú, Bolivia  y ahora Chile se han llevado a cabo, por “diferentes razones”,  una ola de protestas que supuestamente han estado originadas en reclamos sociales ,casi todas por decisiones tomadas por los diferentes presidentes de la república de los países mencionados.

    Una de las falacias más comunes que conseguimos en el desarrollo de la geopolítica es la Falacia “Ad hominem” que se da cuando no dan argumentos o se debaten estos argumentos, sino que se utilizan adjetivos y calificaciones contra las personas por ejemplo cuando un Primer Ministro o Presidente de un determinado Estado pasa al terreno de las ofensas personales a su adversario.

    Igualmente la denominada “falacia ad baculum” o apelación a la fuerza, presente por ejemplo cuando Corea del Norte amenaza sus vecinos con lanzamientos de misiles de prueba o sosteniendo verbalmente que un movimiento de tropas de su vecino del sur será respondido con fuerza. Igualmente la observamos en la política exterior de Estados Unidos ante determinados episodios.

    En otros casos se trata de hecho que parecen inverosímiles en si mismos asumiendo la característica de una falacia como por ejemplo cuando paso que en la Organización de Naciones Unidas se nombre a Robert Gabriel Mugabe embajador de buena voluntad, cuando su ejercicio como gobernante fue de corte autoritario y  autocrático; esto en Zimbabue por un periodo muy prolongado de tiempo. Luego la decisión de la ONU fue revocada.

    Igual recién ocurre actualmente cuando Venezuela es sujeto de señalamientos muy graves en la comisión de encuestas de la OIT y además exhibe un informe sumamente negativo de la Comisionada de Derechos Humanos de la ONU Michelle  Bachelet.

    Siendo la Falacia una especie de apostasía de los principios lógicos fundamentales, las acciones descritas anteriormente son el equivalente de una falacia de los hechos o en términos modernos estaríamos viendo la pos verdad fáctica.

    De la misma forma es muy común observar la “falacia de ambigüedad” que puede constatarse hasta en tratados internacionales respecto al significado de la democracia. La mejor evidencia estaría en la denominada Carta Democrática Interamericana cuando es ambigua en el concepto de democracia participativa y democracia representativa.

    Igualmente es observable en los hechos una ambigüedad convertida en falacia respecto al cumplimiento de los derechos humanos en estándares aceptables versus el principio de soberanía de los estados, sobre todo cuando estos últimos no cumplen las decisiones de Cortes Internacionales en su contra y  terminan siendo cumplidas por gobiernos diferentes. Allí según el caso podríamos estar viendo la “falacia del equivoco”, o la de “anfibología” o de “composición”.

    Lo cierto es que la situación de America Latina basada en una preferencia al socialismo como ideología política va impregnando el continente de situaciones en las cuales, el orden público se ve perjudicado y la estabilidad y paz pública trastocada y la falacia juega un papel importante.

    Por ejemplo la falacia “Ad populum” en la cual se apela al pueblo como poseedor de una verdad inapelable, puede traducirse en términos de populismo, que tanto daño hace a los oriundos de América latina así como la falacia de apelación a la autoridad denominada también falacia “ad verecundiam” está muy cercana a los autoritarismos y militarismos que enferman la sociedad sustrayendo su libertades fundamentales y por consecuencia siguiendo el camino de la decadencia social económica y política.

    En el mismo sentido empleado la falacia de “petición de principios” es de las más utilizadas  en términos geopolíticos, verificable por ejemplo en los hechos vinculados al oriente medio cuando luego de varios meses de intervención en Irak, los Estados Unidos no pudieron conseguir armas de destrucción masiva, demostrándose que una falacia servía de base a una segunda falacia.

    Haciendo una mirada retrospectiva, el régimen de Hitler se erigió sobre diferentes falacias cuando trató mediante el uso del crimen y el delito de obligar a que el discurso político coincidiera con  la realidad, siendo la “noche de los cuchillos largos” un acontecimiento en el cual,  por medio de la fuerza y la barbarie, se torcía la voluntad de los sectores políticos al discurso oficial; de la misma manera se presente varias décadas después en la no menos luctuosa “noche de los lápices” de la dictadura chilena.

    Lo cierto es que la situación actual de LATAM se materializa en desórdenes públicos y protestas violentas que hemos visto en días recientes fundamentadas en ideas según las cuales el pueblo muestra su desacuerdo de esta manera con los costos de servicios públicos (en Ecuador aumento de la Gasolina y en Chile el aumento del costo del servicio de metro), veremos hasta donde llegan.

    (Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de World Geostrategic Insights)

    Foto: Reuters

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