Por Xin Wang – Presidente de Charigo Consulting Company y presidente del Centro de Cooperación Económica Internacional (CIEC) de Pekín. 

    Xin Wang

    Después de años de discusiones, la entrada en vigor de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el 1 de enero de 2022, ha traído un soplo de aire fresco a un mundo lleno de problemas y desafíos. Para China, y la región asiática, este acuerdo es muy importante, mientras que desde una perspectiva global, y futura, su significado puede ser de mayor alcance.

    ANTECEDENTES

    En las últimas décadas, la economía globalizada ha provocado un aumento de las diferencias entre los países ricos y los pobres, y entre las clases sociales de algunos países, y una profundización de las fricciones comerciales internacionales. Un amplio consenso coincide en que el desarrollo futuro de la globalización en la forma actual conducirá inevitablemente a más conflictos entre países y a más fricciones comerciales internacionales. Además, Estados Unidos y algunos países occidentales utilizan sus ventajas en el sistema económico y financiero internacional para sancionar a otros países y vincular las agendas políticas, o la llamada seguridad, con el comercio normal, provocando cada vez más obstáculos e incertidumbres en el comercio internacional. Mientras tanto, a la OMC le resulta cada vez más difícil afrontar con eficacia estas nuevas situaciones.

    Ya sea por los problemas mencionados anteriormente, o por la resistencia a la afluencia de capitales y productos provocada por la globalización u otros, en los últimos años se han popularizado en todo el mundo los Acuerdos de Libre Comercio (ALC), que han cambiado significativamente los patrones del comercio mundial, y han atraído a cada vez más países desarrollados o en desarrollo. Esto representa, tras décadas de integración y desarrollo económico optimizado de varios países, una inevitable transformación fundamental de la globalización económica o, podemos decir, un complemento de la globalización.

    El brote de COVID-19 en 2020 hizo que la cadena de suministro internacional se enfrentará a graves problemas. Según el Barómetro del Comercio de Mercancías de la OMC, publicado el 16 de noviembre de 2021, «el crecimiento del volumen del comercio de mercancías debería haberse ralentizado en el segundo semestre de 2021″. Esta indicación es coherente con la previsión comercial más reciente de la OMC del 4 de octubre de 2021, que preveía un crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías del 10,8% en 2021, seguido de un aumento del 4,7% en 2022». Mientras tanto, el FMI también ha rebajado su previsión de crecimiento económico mundial para 2021 al 5,9%.

    El RCEP es el producto de este entorno internacional basado en el mecanismo ASEAN +. No es muy diferente de otros TLC en esencia, pero ha atraído una atención especial a nivel mundial debido a su escala y posición en la economía mundial, la participación simultánea de China, Japón y Corea, la débil recuperación económica actual y la incierta dirección futura de la economía mundial.

    INTRODUCCIÓN AL RCEP

    El acuerdo RCEP se compone de un prefacio, 20 capítulos (que incluyen principalmente el comercio de bienes, las normas de origen, las soluciones comerciales, el comercio de servicios, la inversión, el comercio electrónico, la contratación pública, etc.) y compromisos específicos sobre el Movimiento de personas físicas. No sólo incluye el acceso al mercado del comercio de bienes, el comercio de servicios y la inversión, sino también un gran número de normas relativas a la facilitación del comercio, los derechos de propiedad intelectual (DPI), el comercio electrónico, la competencia y la contratación pública.

    1 – Un acuerdo inclusivo

    El RCEP cuenta con 15 miembros, entre los que se encuentran países desarrollados como Japón, países en desarrollo como Malasia y algunos países menos desarrollados como Laos. Por lo tanto, existen grandes diferencias en el sistema económico, el nivel de desarrollo, la escala económica y el volumen de comercio entre ellos, por lo que el acuerdo considera plenamente las demandas de todas las partes y establece un período de transición relativamente suficiente (el objetivo final es eliminar más del 90% de los aranceles entre los miembros en 20 años). El equilibrio de intereses en el acceso al mercado y las normas sobre bienes, servicios e inversiones, etc., y el trato favorable a los PMA están claramente enumerados. 

    Además, el acuerdo cuenta con dos capítulos específicos sobre las PYME y la cooperación económica y tecnológica para ayudar a los países en desarrollo.

    2- El mayor TLC regional del mundo en la actualidad.

    El PIB total (25,6 billones de dólares en 2019) y la población (2.260 millones) representan alrededor del 30% de todo el mundo. En 2019, el volumen comercial de los miembros del RCEP fue de unos 10,4 billones de dólares, atrayendo una IED de 370.000 millones de dólares, cerca del 30% del total mundial de nuevo, todo ello superando el tamaño de otros acuerdos comerciales, como el CAMUS y la Unión Aduanera Europea.

    3- Un acuerdo exhaustivo y mutuamente beneficioso

    El acuerdo RCEP abarca todos los aspectos de la liberalización y facilitación del comercio y la inversión, así como el comercio electrónico emergente, etc. También formula normas para apoyar las actividades empresariales en las transacciones de datos.

    Teniendo en cuenta la diferente situación económica y social de cada miembro, el acuerdo adopta el principio de flexibilidad y reciprocidad en términos de escala y velocidad de reducción de impuestos. El tiempo total para cumplir con los requisitos finales de reducción de impuestos también se lleva a cabo por etapas. En comparación con la calificación de eliminación inmediata de impuestos del CPTPP del 90% de todas las categorías, la cancelación de aranceles del RCEP es lenta, hasta 20 años, y los desarrollados más rápido. Por ejemplo, el rango y el tiempo de reducción de impuestos de Japón son más amplios y tempranos que los de países en desarrollo como Laos y Myanmar.

    4 – El objetivo es eliminar los impuestos en un 91%

    Según el acuerdo, los aranceles sobre el 91% de los productos básicos se eliminarán por etapas en los próximos 20 años, con el objetivo de ampliar el comercio de productos industriales y agrícolas, lo que significa que el 91% de los productos acabarán estando libres de aranceles.

    Es innegable que este acuerdo, comparado con otros como el CPTPP que alcanzan casi el 100%, es todavía menos satisfactorio, pero también supone un margen para elevar su liberalización en el futuro, y proporciona una buena base para otros acuerdos entre países con fuerte poder económico como China, Japón y Corea.

    5 – Un acuerdo moderno

    El RCEP está impulsando la adopción de nuevas tecnologías para promover la facilitación aduanera y una logística transfronteriza fluida, así como compromisos de lista negativa en el acceso a la inversión, lo que mejora en gran medida la transparencia de la política de inversión de cada miembro. 

    El RCEP también formula normas comunes en unos 20 campos, como los derechos de propiedad intelectual y la circulación de datos, la información digital y la libre circulación transfronteriza de datos. Por ejemplo, las empresas extranjeras que entren en China no tendrán que ubicar sus servidores en el país.

    6 – Grandes avances en el comercio de servicios

    El RCEP hace una política más alentadora en el comercio de servicios que la de la OMC. En general, los miembros del RCEP prometen abrir más de 100 sectores de comercio de servicios, incluyendo las finanzas, las telecomunicaciones, el transporte, el turismo, la I+D, etc., y estipulan la forma de compromiso de acceso al mercado, el trato nacional y el trato de nación más favorable en el comercio de servicios entre los miembros. Esta disposición reduce las medidas restrictivas y discriminatorias que afectan al comercio transfronterizo de servicios y facilita la entrada de las industrias de servicios en el mercado de los demás. 

    Las nuevas formas y modelos de negocio, como el comercio electrónico transfronterizo, las finanzas por Internet, la oficina en línea, la educación en línea, la consulta en línea y la feria comercial en línea, ofrecerán mayores oportunidades de desarrollo. Se espera que el comercio de servicios, especialmente después de combinarse con la economía digital, se convierta en un nuevo estimulador del crecimiento económico regional.

    7 – Reglas de origen de la producción

    El RCEP adopta la regla acumulativa del origen de la producción, según la cual todos los productos fabricados con materiales o piezas de todos los países miembros se considerarán originales. Esta regla puede aumentar acumulativamente la proporción de componentes con valor original y facilitar la exportación en la región para alcanzar el umbral de preferencia arancelaria. En otras palabras, aunque la producción o la transformación se terminen en varios países, se seguirá concediendo la preferencia arancelaria siempre que proceda de países de la región. Está claro que esta norma promoverá efectivamente la optimización del comercio regional y la cadena de suministro, y también un beneficio para todos los consumidores. Por ejemplo, una empresa tailandesa puede exportar sus vehículos a Australia sin impuestos, incluso las piezas de automóvil procedentes de Japón y China.

    8 – Otros

    Modificación. La norma del RCEP dice que el acuerdo se revisará cada cinco años, lo que proporciona un mecanismo para actualizar sus objetivos futuros. Por ejemplo, el RCEP no ha establecido disposiciones claras sobre el trato laboral y la protección del medio ambiente como el CPTPP, pero no descarta futuras modificaciones del RCEP.

    Mecanismo de supervisión y coordinación. El RCEP creará una secretaría que el CPTPP no creó, que se encargará de recoger las sugerencias y quejas de las empresas, supervisar y gestionar la buena marcha del acuerdo, etc. Además, cuatro comités profesionales y una reunión ministerial ofrecen otra plataforma para seguir consultando.

    Nuevos miembros. El RCEP promete estar abierto a nuevos miembros siempre que se completen los procedimientos especificados.

    En resumen, desde una perspectiva global, el RCEP es un mecanismo con un grado moderado de liberalización, y adopta muchas categorías de supresión de aranceles por etapas. Se trata de un acuerdo adecuado teniendo en cuenta las circunstancias específicas de los 15 Estados miembros. No perseguir un paso, y ralentizar el proceso para el mayor interés común final, refleja plenamente la sabiduría asiática. Con el desarrollo de cada uno de los miembros, se cree que el RCEP mejorará su nivel liberal y ampliará su alcance en el momento adecuado, ya que cuenta con el mecanismo para hacerlo realidad.

    El RCEP ha establecido un mecanismo de apoyo, unido al ya maduro mecanismo 10+ y a la Cumbre de Asia Oriental (a la que asisten todos los Estados miembros), que se cree garantizará plenamente su buen funcionamiento.

    Al tratarse de la mayor zona de libre comercio del mundo, altamente competitiva en la economía global, especialmente con grandes economías como China y Japón, el RCEP aportará beneficios a todos los países en el futuro, ya que tanto China como Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda y la ASEAN abren sus brazos a la globalización y a la facilitación del comercio y la inversión. 

    Desde entonces, este mecanismo tendrá, en mayor o menor medida, un impacto en la economía global, y por tanto tendrá un impacto en las estructuras políticas y económicas de la región y del mundo. Podemos dar rienda suelta a nuestra imaginación para su futuro.

    IMPACTO EN EL ACTUAL MODELO ECONÓMICO MUNDIAL

    En el contexto del continuo impacto de Covid-19 y de la lenta recuperación económica mundial, se espera que la cooperación económica de los 15 miembros del RCEP no sólo favorezca el desarrollo de ellos mismos, la recuperación económica local y mundial, sino que también ayude a la globalización económica, la integración económica regional y la reconstrucción de la cadena de suministro mundial.

    1 – Promover aún más la globalización, el multilateralismo y el libre comercio, al tiempo que se invierte en gran medida la tendencia al unilateralismo y al proteccionismo

    En los últimos años, han surgido uno tras otro varios acuerdos económicos bilaterales, multilaterales, regionales y transregionales, así como TLC, lo que constituye una opción inevitable en el marco del desarrollo político y económico internacional del siglo XXI. El RCEP es el más interesante en esta ola por su propia escala, potencial y China. Por lo tanto, se comenta que el RCEP se está convirtiendo en un nuevo foco del comercio mundial.

    El RCEP es la región con la mayor población y la mayor escala económica y comercial. Según un informe de investigación del PNUD, el PIB total de los países contratantes del RCEP representa el 30,5% del mundo, superando ampliamente al del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (28%), la Unión Europea (17,9%), la zona de libre comercio del continente africano (2,9%) y el Mercado Común del Sur (2,4%). La población y el volumen de las exportaciones del RCEP (que alcanzan los 5,5 billones de dólares) representan también alrededor del 30% del mundo. Además, la RCEP también atrae una media de 360.000 millones de dólares de IED al año y 440.000 millones de dólares de inversión a otros, lo que supone aproximadamente 1/4 y 1/3 del total mundial, respectivamente.

    La RCEP es también la región de más rápido crecimiento del mundo. En los últimos cinco años, la tasa media de crecimiento económico de la región del RCEP ha alcanzado el 5,2%, superando con creces la del CPTPP (2,2%), la UE (2,3%) y el USMCA (2,4%), y superando la tasa media de crecimiento económico mundial del 3,4%.

    El RCEP será también la región con mayor potencial de desarrollo del mundo en el futuro. Según una estadística del Banco Asiático de Desarrollo, el RCEP generará 644.000 millones de dólares en ingresos globales para 2025, y para 2030, el RCEP aumentará la economía de la región en casi 200.000 millones de dólares al año. Un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional muestra que, para 2030, se espera que el RCEP impulse un aumento neto de 519.000 millones de dólares en exportaciones y 186.000 millones en ingresos nacionales. Las normas del RCEP pueden convertirse en el punto de referencia y precedente legal de la cooperación regional de libre comercio en el futuro.

    2 – Promover la integración económica en Asia y la región de Asia-Pacífico

    Los países del RCEP están y estarán en una zona caliente de la economía mundial. China, Japón, Corea y los países de la ASEAN son los países más competitivos en la industria manufacturera mundial y parte fundamental de la cadena industrial mundial. En los últimos años, la industria de las nuevas tecnologías de China, Japón y Corea, gracias al progreso de las tecnologías de la información y la bioquímica, ocupa una posición de liderazgo en el mundo, y China se ha convertido cada vez más en un importante mercado internacional de ciencia y tecnología y productos electrónicos, materias primas y bienes de consumo.

    El RCEP sienta las bases de la cooperación económica entre Asia y el Pacífico. Aunque la APEC lleva décadas establecida, un mecanismo de cooperación económica relevante sigue siendo un castillo en el aire. Ahora, el RCEP reúne a la mayoría de los países de la APEC en un mecanismo, y supone el primer paso hacia una cooperación económica regional más estrecha en Asia Oriental, Asia y el Pacífico.

    La integración económica en la región se acelerará enormemente. Antes del RCEP, China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda han firmado 10+1 TLC con la ASEAN respectivamente, pero el RCEP no es una simple fusión de cinco TLC. En primer lugar, una cobertura más amplia. Este acuerdo tiene un contenido mucho más amplio que el acuerdo general de libre comercio entre países. En segundo lugar, más integrado. El contenido y la cobertura no son sólo bilaterales, sino que también resuelven mejor los problemas comerciales multilaterales que involucran a terceros y cuartos países, especialmente para fortalecer la construcción de cadenas industriales regionales, que a menudo involucran a múltiples países. Tras el RCEP, algunos proyectos, acuerdos o inversiones pueden realizarse dentro de la región, y las empresas multinacionales pueden ser consideradas y puestas en práctica más fácilmente. En tercer lugar, más institucional. Aunque la cooperación económica entre los países de la región ha sido muy estrecha, su acuerdo sólo puede tratar cuestiones comerciales entre países, carece de un sistema institucional sistemático y, por tanto, parece disperso. El RCEP es un acuerdo global con una mayor integridad institucional, mecanismos de trabajo y administración más funcionales, así como una mayor autoridad legal.

    El RCEP tiene un plan de gobernanza más sólido. El capítulo 18 del acuerdo RCEP indica la Reunión Minitrial, cuatro comités en el comercio de bienes, el comercio de servicios, la inversión, el desarrollo sostenible y el entorno empresarial, así como una secretaría permanente para los asuntos cotidianos. Además, el RCEP contará con un mecanismo de resolución de disputas. Esta división más clara de las funciones de gestión ayudará a resolver cualquier problema y disputa futura, a coordinar las políticas económicas entre sus miembros y a promover la apertura regional continúa en profundidad. Veremos una profunda transformación estructural en algunos miembros en los próximos años.  

    El RCEP promoverá los flujos de capital dentro de la región. Como resultado de los requisitos institucionales del RCEP, sus miembros impulsarán reformas y mejoras en la administración, se creará un entorno empresarial más transparente y justo, la inversión entre los países miembros aumentará significativamente, trayendo más tecnologías de vanguardia y oportunidades de empleo a la ASEAN. Del mismo modo, también aumentará la inversión fuera de la región.

    El comercio intrarregional se disparará, beneficiando a todos los miembros. Los mayores beneficios económicos del RCEP provienen de la participación de estos países con tipos arancelarios medios más altos. Según las estadísticas de la OMC, los tipos arancelarios medios actuales, incluidos los productos agrícolas e industriales, de Corea (13,6%), China (7,5%), Vietnam (9,5%) e Indonesia (8,1%) se encuentran en niveles relativamente altos. La tasa de eliminación de aranceles del RCEP por categorías alcanza finalmente el 91%, aunque fue inferior al 99% del CPTPP, pero el gobierno japonés estimó que el efecto de impulsar el PIB será aproximadamente el doble que el del CPTPP. 

    Según un informe publicado por la UNCTAD en diciembre de 2021, el volumen de comercio intrarregional del RCEP se ampliará en un 2%, es decir, unos 42.000 millones de dólares, de los cuales el efecto del cambio de objetos comerciales de fuera a dentro es de unos 25.000 millones de dólares, y el nuevo comercio dentro de la región es de unos 17.000 millones de dólares. El informe también considera que, debido a la reducción de aranceles, Japón será el más beneficiado entre los miembros, y sus exportaciones a otros 14 países aumentarán un 5,5% en comparación con 2019, especialmente las piezas de automóviles, el acero y los productos químicos de Japón.

    Según el Instituto Peterson de América, los miembros del RCEP impulsarán el aumento de las exportaciones netas anuales en 519.000 millones de dólares en 2030 y el aumento de los ingresos netos anuales en 186.000 millones de dólares. De acuerdo con la información de la Administración General de Aduanas de China del 29 de diciembre de 2021, en los primeros 11 meses de 2021, el total de las importaciones y exportaciones de China a otros 14 países miembros del RCEP valoró 10,96 billones de yuanes RMB, el 31% del volumen total del comercio exterior de China.

    La fuerte resistencia económica y el impulso ascendente de esta región indican, tal y como dice el informe de la UNCTAD, que «es relativamente menos susceptible al COVID-19». De hecho, en 2020 y 2021, esta región se convirtió en la mayor base manufacturera del mundo y realizó una gran contribución a la economía mundial.

    El comercio de servicios y la economía digital experimentarán un rápido desarrollo. Los datos de la OMC muestran que el volumen total del comercio mundial de servicios alcanzó los 12 billones de dólares en 2019, con una tasa de crecimiento media del 5,4% de 2010 a 2019, significativamente más rápida que la del comercio de bienes, mientras que la tasa de crecimiento del comercio de servicios de los 15 países del RCEP fue del 7,8%.

    En el comercio de servicios, Japón, Corea, Australia, Singapur, Brunei Darussalam, Malasia e Indonesia prometen adoptar un mecanismo de lista negativa, y China y otros países pasarían de la lista positiva a la lista negativa antes de 2028.

    Francamente, en comparación con su comercio de bienes, el comercio de servicios en la región del RCEP está todavía en un período de crecimiento. Además de la expansión de la tecnología y los productos digitales, China y Japón se han convertido en actores financieros globales más activos. 

    En 2019, el total de transacciones de comercio electrónico transfronterizo de China alcanzó los 10,5 billones de yuanes RMB, con una tasa media de crecimiento compuesto anual del 22% entre 2013 y 2019. La proporción del comercio electrónico transfronterizo en las importaciones y exportaciones de bienes de China también aumentó del 12% en 2013 al 33% en 2019. Teniendo en cuenta que el comercio electrónico entre China, Japón y Corea y los países de la ASEAN se encuentra todavía en la etapa de expansión, geográficamente cercanos y con hábitos de consumo similares, habrá un gran espacio en el futuro siempre que se realice gradualmente una logística y un despacho de aduanas más convenientes, así como una mayor reducción de impuestos.

    Es seguro que la tasa de crecimiento del comercio de servicios del RCEP será superior al 8% en los próximos cinco años, sobre todo cuando termine la epidemia, el turismo, los intercambios entre personas y culturales y la educación crecerán de forma explosiva.

    El TLC China-Japón-Corea es cada vez más posible. En la Cumbre China-Japón-Corea de 2002, se puso sobre la mesa una propuesta de ALC para los tres países, con una población de más de 1.500 millones de habitantes, que desea eliminar todos los aranceles y otras restricciones comerciales, y facilitar el flujo de mercancías y otros materiales, y así reducir los costes de fabricación. Sin embargo, Japón no estaba dispuesto a abrir su mercado agrícola, Corea del Sur no quería abrir su mercado de automóviles y electrodomésticos, y China dudaba en abrir su mercado financiero de otras industrias de servicios, y junto con los problemas que ha dejado la historia, las diferencias de valores y los sentimientos nacionales infelices entre las tres principales potencias económicas, especialmente la constante interferencia de Estados Unidos, esta propuesta ha estado todavía en un lento progreso en los últimos 20 años. 

    Estados Unidos nunca ha querido ver una Asia estrechamente relacionada, ni ha querido ver a China, Japón y Corea del Sur integrados económicamente. Durante décadas, las administraciones estadounidenses han agotado diversos medios para obstruir el progreso del TLC China-Japón-Corea. La administración Obama estaba decidida a volver a Asia y comenzó a establecer el TPP para conseguir el liderazgo económico en Asia mientras aislaba a China, y a formar nuevas interferencias con el TLC China-Japón-Corea.

    Aunque el RCEP no es lo suficientemente liberal, todavía, por primera vez en la historia, permite a China y Japón alcanzar un acuerdo bilateral de concesión arancelaria, intensificar parcialmente la relación comercial entre China, Japón y Corea, y trae oportunidades para que los tres países realicen su TLC en el futuro, ya que comparten intereses comunes y, por otra parte, el aumento de la carrera y el entendimiento en el proceso de realización del RCEP dan a los tres países una excelente oportunidad de avanzar sobre la base de este acuerdo para su mecanismo de nivel superior. 

    China, Japón y Corea son la segunda, tercera y décima economías del mundo, respectivamente. China es el mayor socio comercial de Japón, y Corea el tercero. En la actualidad, el arancel medio de importación de China a Japón es del 25%, y el de Corea del 41,1%. Unos diez años después de la aplicación del RCEP, Japón, China y Corea anularán los aranceles de alrededor del 70% de las categorías de productos. Aunque el grado no es satisfactorio, todavía puede promover su agregación económica. China, Japón y Corea tienen sus propias ventajas en la economía digital, y hay una gran demanda de diversos tipos de cooperación empresarial. Los funcionarios de China, Japón y Corea del Sur, alentados por el RCEP, acordaron que acelerarán la negociación de su propio acuerdo de libre comercio para seguir contribuyendo a la recuperación económica regional y mundial.

    De hecho, China, Japón y Corea son conscientes desde hace mucho tiempo de los beneficios de un TLC para ellos mismos y no han renunciado a sus esfuerzos. Mientras el RCEP sigue en proceso de negociación, la séptima reunión de líderes de China, Japón y la República de Corea, celebrada en Japón en mayo de 2018, emitió una declaración conjunta en la que se reiteraba acelerar aún más la negociación y esforzarse por alcanzar un TLC integral, de alto nivel, mutuamente beneficioso y valioso. En abril de 2019, la 15ª ronda de la reunión de los negociadores principales tuvo una discusión en profundidad sobre temas importantes en el comercio de bienes y servicios, la inversión y las reglas, y acordó mejorar aún más el nivel de liberalización del comercio y la inversión e incorporar reglas de alto nivel sobre la base de RCEP, o podemos llamarlo como RCEP +.

    Desde esta perspectiva, es razonable decir que el RCEP es un logro histórico y un gran avance para Asia.

    3 – Influencia y significado para Japón

    Las exportaciones japonesas se beneficiarán mucho del RCEP. Para Japón, se estima que el RCEP impulsará las exportaciones japonesas a la región en más de un 5% durante 2019. El gobierno japonés estima que el acuerdo impulsará el PIB de Japón en torno al 2,7%, superando al CPTPP (alrededor del 1,5%). La proporción de las categorías no fiscales de Japón a China pasará del 8% al 86% y a Corea del 19% al 92%.

    La disposición de la cadena industrial de Japón tiene más opciones, y las empresas japonesas acelerarán su entrada en el sudeste asiático y en China. En las últimas décadas, el gobierno japonés ha prestado gran atención política al Sudeste Asiático, ha proporcionado diversos tipos de ayuda y ha mantenido buenas relaciones diplomáticas y económicas con la región. Por ejemplo, de 2002 a 2012, la ayuda de Japón al Sudeste Asiático mostró en general una tendencia al alza constante, y alcanzó un pico en 2012, de unos 4.182 millones de dólares. En diciembre de 2019, el entonces ministro de Asuntos Exteriores de Japón prometió proporcionar a la ASEAN un total de préstamos y fondos por valor de 3.000 millones de dólares, de los cuales 1.200 millones procedían de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA).

    Las empresas japonesas han estado cultivando en la ASEAN por diversas razones, además de las históricas. De 2011 a 2013, Japón fue el segundo mayor inversor en la ASEAN (la UE fue el primero), con un total de 56.390 millones de dólares, el 16,9% de la IED global que obtuvo la ASEAN. En 2013, la IED de Japón aumentó un 10,4% respecto a 2012, alcanzando los 135.000 millones de dólares.  A finales de 2013, la inversión en el sector manufacturero representaba el 58,8% del stock de inversión de Japón en la ASEAN, principalmente en las industrias del automóvil, la electrónica, la maquinaria y la química. 

    El Acuerdo de Libre Comercio entre Japón y la ASEAN comenzó en abril de 2017 e inmediatamente implementó aranceles cero en el 90% del valor de los productos de la ASEAN. La ASEAN está reduciendo gradualmente los aranceles de importación de Japón, el 85% de los productos adoptarán aranceles cero dentro de 18 años después de 2017. Este es otro paso y oportunidad para que Japón transfiera su productividad a los países de la ASEAN, su escala y cantidad superan con creces la inversión de China en la ASEAN.

    El acuerdo RCEP, como se ha mencionado anteriormente, es un acuerdo regional que conecta a Japón, China y la ASEAN. Sus normas, como el principio de origen, ofrecen a las empresas japonesas nuevas oportunidades para la disposición de la cadena industrial. Por ejemplo, algunas empresas de procesamiento y ensamblaje situadas en China se han trasladado a la ASEAN debido al aumento de los costes de la mano de obra y del suelo u otras razones en China, mientras que los componentes de alta tecnología se mantendrán en Japón, y algunos que no pueden trasladarse temporalmente se quedarán en China. Por lo tanto, cabe esperar que la inversión de las empresas japonesas en la ASEAN aumente significativamente en los próximos 3-5 años sin afectar a la exportación al mercado chino.

    Con la misma lógica y conclusión, las empresas coreanas tendrán acciones similares.

    El comercio de bienes y servicios de las empresas japonesas con China aumentará. El paso a la ASEAN no significa por completo que China pierda su atractivo para las empresas japonesas. Según una encuesta realizada recientemente por los medios de comunicación japoneses, el 70% de las empresas japonesas creen que bajo el acuerdo RCEP y la disminución gradual de los aranceles entre China y Japón, deben seguir fortaleciendo los negocios con China, especialmente para ampliar el comercio de servicios como las finanzas y el comercio electrónico, así como los productos de nueva tecnología que China necesita urgentemente.

    Así que, en general, la era de la transferencia a gran escala de la industria manufacturera de Japón a China en las décadas de 1980 y 1990 está sucediendo de nuevo en el Sudeste Asiático, donde se convertirá en las principales bases de fabricación para las empresas japonesas y coreanas en el futuro. Debido a la conexión económica cada vez más estrecha entre China y Japón, el progreso tecnológico de China y la continua expansión del mercado chino, las actividades económicas entre China y Japón son más en nuevas tecnologías, finanzas y otros campos. Las empresas japonesas prestarán más atención a la venta de sus productos en el mercado chino, incluidos los bienes de consumo.

    4 – Una nueva opción para el futuro ajuste de la estructura industrial global 

    La conexión económica regional del RCEP y las cadenas industriales se integrarán aún más. En los últimos 30 años, como resultado de una inversión cada vez mayor de las empresas multinacionales y entre ellas, las economías regionales de Asia Oriental han estado bien conectadas, formando una cadena industrial regional relativamente completa. Ahora, China se convierte en el factor central, ya sea por su actitud positiva hacia la cooperación regional, su escala industrial y de mercado, su completa estructura de fabricación o su mercado cada vez más grande. Ahora es natural fabricar un producto completo en varios países, como en Japón (Europa, América o Corea), China y el Sudeste Asiático, y luego ensamblarlo y venderlo de nuevo en China u otros países (el teléfono móvil de Apple es un buen ejemplo). El principio y los objetivos del RCEP añaden una garantía institucional a este modelo en esta región, con una eficiencia económica y una transparencia política adicionales. Naturalmente, esto acelerará y reforzará aún más la interacción económica y las cadenas industriales de los países de la región.

    Además, el RCEP permite a los Estados miembros entrar en las cadenas de suministro globales a través de sus respectivas ventajas industriales y canales comerciales, y alargar y fortalecer aún más las cadenas industriales de la ASEAN + China, Japón y Corea del Sur.

    El RCEP atraerá y mantendrá más empresas japonesas, coreanas y occidentales en la región del RCEP. La actual Covid-19 y los cambios de la situación internacional han provocado la preocupación y los reajustes de la comunidad internacional sobre la seguridad de la cadena industrial. En los últimos 10 años, los costes de la tierra y de la mano de obra en China han aumentado considerablemente, además de la presión de EE.UU., algunas empresas japonesas, coreanas, americanas y de la Unión Europea han transferido parte o toda su capacidad de fabricación de China a sus países de origen, a sus países vecinos o a los países de la ASEAN, como Vietnam. Ahora, la fiscalidad del RCEP y las normas de origen unificadas, así como otras, atraerán y animarán a las empresas multinacionales a establecer y mantener sus cadenas de suministro en la región del RCEP, ellas (especialmente las de Europa, Japón y Corea) tienen mayor flexibilidad para hacer frente a la complicada situación entre China y Estados Unidos. Un mayor número de empresas multinacionales europeas, estadounidenses, chinas, japonesas y coreanas se quedarán cómodamente en Asia para evitar los aranceles impuestos por el gobierno estadounidense a los productos fabricados en China, entrarán en los mercados de 15 países a través de esta cadena industrial regional o establecerán una conexión con el mercado global a través de los mecanismos de comercio internacional existentes en estos países.

    El RCEP promoverá en gran medida el traslado de empresas de China a la ASEAN. Esta tendencia es el resultado del desarrollo económico de China y de los cambios en la estructura industrial internacional, y también una forma sencilla y eficaz para que las empresas de China (empresas chinas y con financiación extranjera en China) eviten las políticas de Estados Unidos y de algunos países europeos contra los productos chinos. 

    De hecho, el notable aumento del comercio y la inversión entre China y la ASEAN en los últimos cinco años se produjo entre las empresas multinacionales (incluidas las chinas) en este ámbito, en parte debido a los menores costes en la ASEAN, en parte debido al ajuste de la política desfavorable a los productos fabricados en China, y en parte debido a los numerosos mecanismos de TLC que los países de la ASEAN tienen con otros países.

    Ahora que llega el RCEP, la tendencia, sin duda, continuará, se ampliará y se acelerará. 

    El RCEP vinculará aún más a sus países con los países con recursos de África y Asia Central, etc. China, Japón y Corea son potencias manufactureras mundiales, ya sea en los sectores de la fabricación tradicional o de las nuevas tecnologías, y la región del RCEP ha atraído a muchas empresas europeas y estadounidenses. En conjunto, necesitan una gran parte de los recursos naturales y las materias primas mundiales. La desaparición gradual de los obstáculos comerciales y de los impuestos en la región del RCEP, y la expansión potencial de su cadena de producción, estimularán una necesidad aún mayor de diversos tipos de recursos naturales, lo que significa que también se formará una cadena industrial más estrecha con estos países ricos en recursos. Estos recursos, no sólo el petróleo o el gas, sino también el carbón, diferentes minerales, productos agrícolas, etc., supondrán una enorme cantidad, lo que significa oportunidades para algunos países de África, Oriente Medio, Asia Central y América Latina.

    5 – Nuevas oportunidades y desafíos para los países americanos y europeos

    Los países de Asia Oriental ya mantienen estrechas relaciones económicas y comerciales con Europa y Estados Unidos, el RCEP traerá, sin duda, una serie de cambios. En conjunto, es beneficioso para Europa y Estados Unidos en esencia. Para las empresas, coexisten oportunidades y retos, pero las oportunidades superan a los retos.

    China ha sido durante mucho tiempo el socio comercial y de inversión más importante de Europa y Estados Unidos. Desde hace años se observa un enorme volumen de comercio bilateral de bienes entre China y la UE, así como entre China y Estados Unidos. China ha sido el mayor socio comercial de Estados Unidos durante años, mientras que según las estadísticas oficiales de la Unión Europea, el volumen total de importación y exportación en 2019 entre Europa y China fue de 718.180 millones de dólares, e incluso en 2020, cuando ocurrió la grave epidemia, el volumen de comercio entre China y la UE todavía alcanzó los 649.500 millones de dólares, y China también se convirtió en el mayor socio comercial de la UE por primera vez.

    A excepción del comercio de bienes, según las cifras chinas, el volumen de comercio de servicios entre China y la UE en 2017 también alcanzó los 121.800 millones de dólares. De enero a septiembre de 2021, el volumen de comercio bilateral alcanzó los 599.340 millones de dólares, un aumento del 30,4%.

    Además de con los miembros de la UE, China también mantiene estrechas relaciones comerciales y de inversión con otros países europeos, especialmente con los países centrales y orientales, así como con Gran Bretaña.

    La UE y Japón también mantienen buenas relaciones económicas y comerciales. Desde 2015, el comercio de Japón con la UE ha mostrado una tendencia general de crecimiento. En 2019, la UE representó el 11,6% de las exportaciones de Japón, mientras que la UE representó el 21,4% de las importaciones de Japón. Para la UE, Japón es su séptimo socio, sus exportaciones e importaciones a Japón representan el 2,9% y el 3,3% respectivamente. En 2019 entró en vigor el Acuerdo de Asociación Económica (AAE) entre la UE y Japón, con más del 90% del arancel cancelado. Debido a la gran homogeneidad económica, el nivel técnico similar y la pequeña capacidad de mercado de Japón, este país solo es el sexto socio comercial de la UE. Sin embargo, impulsado por la epidemia y la industria de las nuevas tecnologías, el comercio exterior bilateral total en 2021 fue de 1498.600 millones de yenes, y el déficit comercial de Japón con la UE fue de 135.200 millones de yenes, lo que supone un aumento del 66,1% interanual.

    Desde 2015, la IED de Japón hacia la UE ha aumentado. En 2019, el saldo de la inversión directa de Japón en la UE fue de 55,2 billones de yenes, lo que representa el 27,2% del saldo total de su inversión extranjera, un aumento de 4,1 puntos porcentuales en cuatro años, solo inferior a la inversión de Japón en Estados Unidos. El Reino Unido representa la mayor proporción de la inversión directa de Japón en la UE, con un 34% en 2019. 

    El RCEP contribuye a un entorno internacional más amigable para las empresas europeas y estadounidenses. En primer lugar, el RCEP responde a la tendencia general del desarrollo económico internacional. Desde hace años, debido a la debilidad de la capacidad de gobernanza de los partidos políticos, el aumento de los inmigrantes o refugiados internacionales, el declive de la competitividad económica y la depresión económica en algunos países, el pensamiento populista en Europa ha sido cada vez más fermentado, los partidos políticos de extrema derecha han sido cada vez más fuertes como más apoyo de las clases medias y bajas de en algunos países occidentales. El unilateralismo estadounidense desde la administración Trump ha estimulado a su vez el continuo crecimiento del populismo y el proteccionismo en Europa. 

    En este contexto internacional, el RCEP favorece la cobertura del proteccionismo, el freno a los pensamientos y tendencias antiglobalización y la creación de un entorno de cooperación internacional abierto, inclusivo, mutuamente beneficioso y beneficioso para todos. Al final, esto será definitivamente beneficioso para las empresas europeas y estadounidenses.

    En segundo lugar, es positivo para la innovación del futuro orden económico internacional. Este acuerdo de ALC ha recibido una amplia acogida por parte de muchas empresas europeas y americanas, que lo consideran una importante contribución a la estructura comercial mundial libre y basada en normas, un nuevo impulso para la integración y la reorganización de los recursos mundiales. Los expertos de los países en vías de desarrollo creen que acumulará experiencia para la reforma del sistema comercial mundial y la revitalización de los países en vías de desarrollo en el futuro. 

    El actual sistema económico internacional se formuló bajo el liderazgo de los países europeos y americanos hace décadas, pero en las dos últimas décadas ha encontrado muchos problemas porque no puede adaptarse a la tendencia general del desarrollo económico mundial, especialmente al ascenso de países emergentes como China, Turquía, Corea, Indonesia, etc. Un sistema económico mundial no funcional es también perjudicial para los intereses fundamentales de las empresas europeas y estadounidenses.

    En tercer lugar, la economía europea antes de la epidemia ya era muy débil, y los estadounidenses se enfrentaban a numerosos problemas. En la actualidad, diversos problemas en la cadena de suministro mundial han afectado gravemente a América, Europa y las economías del mundo. El RCEP reforzará la combinación de la cadena industrial de la región, una oportunidad para las empresas europeas y americanas. 

    Las normas y perspectivas del RCEP son favorables para que las empresas europeas y americanas amplíen sus negocios en la región, reduzcan los costes y mejoren la competitividad. Con un vasto territorio, una gran población, ricos recursos y llena de espíritu empresarial, la región se convertirá en la parte más activa de una nueva economía mundial y de una estructura de gobierno, una oportunidad histórica para muchas empresas europeas y americanas. 

    En el futuro, los países menos desarrollados de la región tienen que mejorar su gestión, profesionalidad y normas de mercado en la cooperación económica internacional, lo que también es beneficioso para las actividades económicas actuales y futuras de las empresas europeas y americanas. Además, las normas del RCEP ofrecen otra garantía más sólida para el desembarco de las inversiones de capital europeo.

    Bernd Lange, Presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, dijo «si el acuerdo puede crear una cadena de suministro sin barreras y promover la cooperación entre sus Estados miembros, las empresas europeas de la región se beneficiarán sin duda de él. De hecho, la UE ha firmado acuerdos bilaterales con muchos miembros del RCEP, por lo que mejorará nuestras relaciones económicas con Asia.»

    Otras oportunidades para las empresas europeas y americanas. Los países de la región mantienen la misma actitud abierta hacia la inversión y el comercio con Europa y América, su mayor mejora del nivel tecnológico de las empresas locales generará más solicitudes de materiales, tecnología y más inversiones. Además, tras el desarrollo económico de la región, seguramente habrá una demanda de servicios financieros, jurídicos o de consultoría, que es el punto fuerte de las empresas europeas y americanas. El aumento de los ingresos de la población de la región necesitará nuevos productos de mayor consumo (como el recorrido que ha tenido China en los últimos 20 años).

    De hecho, la UE y Estados Unidos han firmado acuerdos de libre comercio o de otro tipo con Japón, Singapur, Vietnam, etc. China y la UE están tratando de alcanzar su acuerdo de inversión. Así, las empresas europeas y estadounidenses pueden obtener indirectamente los frutos del desarrollo económico de los países de la región.

    Por supuesto, habrá más presión sobre Europa y América. El RCEP acerca económicamente a China, Japón y Corea. Tres gigantes económicos de fuerte poder económico, capacidades financieras y tecnológicas, un gran desafío para las empresas europeas y americanas. Las relaciones profundas y maduras de los miembros del RCEP también cambiarán el actual panorama económico internacional. «La firma del RCEP demuestra que la UE debe seguir adoptando activamente medidas de política comercial», afirmó Reinhard Bitikofe, parlamentario europeo del Partido Verde y experto en China.

    La primera manifestación importante de la presión es la salida al área del RCEP. Debido a la reducción de impuestos y a los cómodos canales de la región del RCEP, junto con las ventajas existentes en cuanto a capacidad de fabricación y recursos humanos, es evidente que, en las mismas o similares condiciones, las empresas de los países del RCEP darán prioridad a hacer negocios con las del mismo marco. Por lo tanto, se espera que algunas importaciones de países de fuera de la región, como Estados Unidos y Europa, sean sustituidas por los países miembros. Por supuesto, dado que la plena implementación del RCEP todavía necesita años, algunos países miembros ya tienen algún tipo de TLC con Europa y Estados Unidos, y la mayoría de las empresas suelen tener la inercia de la cooperación anterior, esta situación no se producirá inmediatamente, pero la tendencia es cierta. 

    La segunda manifestación de la presión es la competencia en el mercado internacional. El RCEP ampliará las ventajas en productividad, costes y eficiencia, más competitivas para las empresas de Europa y Estados Unidos. La inversión en el exterior de Europa y EE.UU. también les quitará oportunidades de empleo en el país. Holger Bingmann, presidente de la rama alemana de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), comentó que la importancia estratégica de este espacio económico, que superará a la UE en pocos años, es extraordinaria. «La UE debe preguntarse qué tipo de visión de futuro tenemos, y tenemos que acelerar el paso». En su opinión, la UE debe acelerar cuanto antes sus avances en materia de TLC con algunos países. También se ha criticado la lentitud de las negociaciones de libre comercio del «Mercado Común del Sur», compuesto por la UE y cinco países sudamericanos.

    La tercera presión es sobre el futuro del orden económico mundial. China, Japón y Corea, tres influyentes potencias económicas mundiales, se combinan ahora con Australia y Nueva Zelanda, que están muy familiarizadas con las normas occidentales, por no hablar de la ASEAN, un importante actor en la gobernanza regional y mundial. Por sus intereses comunes, los países del RCEP tendrían una sola voz en algunas cuestiones económicas mundiales, lo que supondrá un gran desafío para Europa y Estados Unidos, que han dominado el orden existente durante décadas. Jürgen Hardt, portavoz de política exterior del partido gobernante CDU/CSU Bundestag en Alemania, dijo que el acuerdo debe considerarse como «una llamada de atención para Europa». La UE no puede vacilar en su rumbo hacia el libre comercio, «de lo contrario, otros países establecerán normas y dejarán que los europeos se queden atrás».

    6 – Para otros países y regiones

    Un inversor competitivo. China, Japón y Corea tienen abundante capital y capacidad de inversión extranjera, así como una fuerte competitividad en sus respectivos campos técnicos, lo que resulta atractivo para la mayoría de los países en desarrollo. Si se puede establecer un TLC China-Japón-Corea o una cooperación en profundidad basada en el RCEP, los tres países tendrán una fuerte ventaja competitiva sobre Europa y Estados Unidos en la producción de tecnología de alto, medio o bajo nivel y en la cooperación exterior en varios campos. Además, la propia ASEAN cuenta con un notable número de empresas grandes e internacionales con fondos y gestión maduros, otro fuerte inversor internacional.

    En comparación con Europa y EE.UU., China, Japón, Corea del Sur y los países de la ASEAN tienen pocas condiciones adicionales para la inversión extranjera, y la cultura empresarial asiática, centrada más en el futuro, la cooperación y la eficiencia de todos, es también obviamente más competitiva. Junto con el espíritu de trabajo duro, las empresas asiáticas tienen ventajas más destacadas.

    Una enorme tentación de mercado. La mayoría de los países de la región del RCEP están orientados a la producción y necesitan importar enormes cantidades de materias primas o suministros relevantes. Por ejemplo, China es el comprador nº 1 de la mayoría de las materias primas, China y Japón son dos de los principales importadores mundiales de petróleo y gas. Otro ejemplo, las empresas de la región tienen una fuerte demanda de materias primas como el mineral de hierro y el cobre, lo que supone también una gran oportunidad para muchos países latinoamericanos y africanos.

    China, Japón y Corea tienen a su vez una gran demanda de mercado interno. La mayoría de los países de la ASEAN cuentan con un número espectacular de clase media, y también tienen una capacidad de consumo relativamente alta. El RCEP proporciona ahora acceso al mercado regional a través de un país al RCEP, incluso del RCEP al mercado internacional.

    Umbral de entrada cómodo. La mayoría de los miembros del RCEP son países en desarrollo, como se ha descrito anteriormente, el acuerdo se ocupa de todas las partes en la medida de lo posible, y las condiciones de entrada son relativamente cómodas en comparación con otros TLC. Con el tiempo, la arquitectura abierta del RCEP atraerá a nuevos miembros, especialmente a los países en desarrollo, como Pakistán, Bangladesh y Maldivas en el sur de Asia y algunos países de Asia central y occidental en los próximos 3-5 años.

    En definitiva, el RCEP impulsará aún más el progreso de la nueva globalización y la gobernanza mundial, y contribuirá a la recuperación económica de la Covid-19. Es una oportunidad para la mayoría de los países y empresas, así como un reto para los países dentro y fuera de la región, especialmente para Europa y Estados Unidos. 

    El RCEP crecerá y madurará en los próximos 2-3 años, y entonces veremos una zona económica más dinámica y resultados inimaginables. 

    La clave del éxito del RCEP es evitar la interferencia de factores políticos y externos. Para el éxito final, China y Japón, las dos mayores economías de la región, desempeñan un papel fundamental. 

    Cuánto aportará el RCEP a la región o al mundo, y cuánto podría empujar el TLC China-Japón-Corea, son temas interesantes. Lo veremos en los próximos dos años. 

    Autor: Xin Wang (Presidente de la empresa privada Charigo Consulting Company en Pekín y presidente del Centro de Cooperación Económica Internacional (CIEC) fundado por el Sr. Xin Wang, junto con antiguos embajadores, conocidos académicos chinos y líderes empresariales. El Sr. Xin Wang fue anteriormente vicepresidente del Centro para China y la Globalización en Pekín, presidente del Grupo Internacional Sinomedia en San Francisco y presidente del Centro de Formación del Grupo Editorial Internacional de China. Charigo es también una consultora que ayuda a las empresas internacionales a explorar el mercado chino y a comprender mejor la política y el gobierno de China. También ayuda a las empresas chinas a invertir en el extranjero).

    (Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de World Geostrategic Insights)

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