Mauricio Diagama Durán

    A pesar del desarrollo de las comunicaciones, la tecnología masiva y en general de la llamada globalización 4.0, el mundo todavía presenta grandes conflictos internos e internacionales asociados con recursos naturales, y por tanto, con espacios geográficos definidos. Muchos de ellos, además violentos, como la lucha, siempre presente, en el Medio Oriente, entre Israel y sus vecinos. Y muchos otros, que han resurgido y que se creían ya superados, como es el caso de Ucrania contra Rusia. 

    Mauricio Diagama Durán
    Mauricio Diagama Durán

    Ante esta tensa e intensa realidad, pero también en medio de un ambiente en donde muchas cosas han cambiado por la crisis sanitaria global, distintos asuntos económicos, políticos, sociales y empresariales, se observan diferentes, y otros, se evidencian como temas pendientes de resolver.

    Y aunque hoy, muchos países cuentan con importantes centros de pensamiento, que les ayudan a buscar rápidamente respuestas, también se han multiplicado las publicaciones, los analistas y los enfoques de interpretación globales, acompañados de diferentes visiones sobre la relación entre espacios, países, gobiernos, poder, recursos, riqueza, actores e intereses. Existe por lo tanto un mayor universo de ideas, palabras, conceptos y teorías que a veces complican ver con claridad la realidad. 

    Por todo ello se ha hecho importante mejorar los fundamentos conceptuales y metodológicos de los distintos instrumentos de análisis disponibles, y sobre todo, aquellos asociados con los conflictos derivados de fenómenos relacionados con los espacios físicos, que hoy lucen distintos a cómo se vivían hace unos años. 

    Pues bien, en la actualidad, uno de tales instrumentos con los que cuentan los pensadores, para dar tales explicaciones a los tomadores de decisiones y estrategas, es la geoeconomía, que también requiere de mayores desarrollos para llegar a considerarse como una verdadera ciencia.  Y es por ahora, con su corta historia, sólo es un método, aunque caracterizado por tener un sinfín de enfoques. 

    Así que, en este artículo, se buscará ofrecer algunas ideas acerca de cómo evolucionó el pensamiento geoeconómico hasta hoy, mientras que en los siguientes textos que vendrán, se planteará una propuesta acerca de su naturaleza y estructura. 

    Primeras ideas

    Prácticamente nadie rechaza la afirmación de que la geoeconomía surgió como un derivado de la geopolítica, aunque al mismo tiempo, pocos se han atrevido a afirmar, que así mismo nacieron las múltiples inquietudes acerca de su naturaleza científica o de su enfoque práctico. 

    Y si bien hoy existen muchos enfoques sobre su naturaleza, y por lo tanto, sobre si es una ciencia o un método, un campo de estudio autónomo o uno multidisciplinario, o si es una disciplina que busca explicar o si más bien es un área de trabajo práctico, también es cierto que ninguno es lo suficientemente clarificador para explicarlo de manera integral.  

    Además, su estrecha y profunda relación con la economía, la sociología, la ciencia política, la geografía y las relaciones internacionales, pero también con la geopolítica y la geoestrategia, complican aún más su posible definición como disciplina científica.

    De otro lado, como desde sus inicios, la geoeconomía se empleó para explicar y justificar los propósitos de expansión de países y de enclaves de empresas multinacionales en territorios hostiles a sus intereses, entonces nació una interpretación perversa que la ha descalificado como ciencia, porque según esa misma visión, la geoeconomía promueve de por sí, los intereses colonialistas y el agresivo comportamiento de ciertos actores internacionales, al justificar el uso de herramientas económicas, en unión o no, con el uso de la fuerza, para el desarrollo de sus objetivos expansionistas.

    Aquí debe recordarse entonces que en un primer momento, y durante el siglo XIX, período asociado con el surgimiento  del Estado nacional y del pensamiento nacionalista en Europa, se alimentaron nuevas ideas, especialmente en las disciplinas sociales, como las de la economía clásica de libre mercado hacia afuera pero de proteccionismo hacia adentro o las de la antropología de las naciones, y en las ciencias exactas como la geografía física, que buscaron aproximarse a la necesidad de darle cuerpo y estructura al funcionamiento de las sociedades y estados, con identidades e intereses nacionales, y, sobre todo, muy marcadas por espacios físicos precisos y concretos. 

    Por eso, es en esta época, cuando nace la geopolítica, con famosos geógrafos, como Ratzel y muchos más, que se afirma que el espacio es lo más importante en las disputas estatales. Pero la verdad es que los estados luchaban por la posesión, dominio y expansión de sus espacios, buscando mayores riquezas, aunque los recursos naturales, casi siempre parecían ser infinitos.    

    Después, es decir, ya entrado el siglo XX, se empezó a pensar que las sociedades y el hombre tenían como finalidad, domesticar y transformar a la naturaleza, en beneficio del hombre. De ahí que la expresión de que el hombre no vino a contemplar el mundo a sino a transformarlo, tuviera tanto auge en este período. Aquí el espacio se hacía vital, pues los recursos naturales, ahora eran las materias primas necesarias para el proceso de creación de riqueza, ya no eran tan infinitos y además sólo se encontraban en sitios precisos y fijos. O sea que los conflictos se daban por esos recursos y esos espacios.

    De ahí que los fenómenos que se darían en medio del período de las dos guerras mundiales, implicarían además un cambio de perspectiva en el conocimiento espacial, los recursos naturales y su posesión, lo que hizo que la geografía se vinculara más, con disciplinas sociales como la sociología, la economía o la historia, y que pasara a tener distintas perspectivas, como la geografía humana, la cultural, la política, la comparada, etc. 

    En ese contexto se empezaría a hablar entonces de geoeconomía(1) aunque sólo como una expresión o una palabra y no como un término, o un concepto y mucho menos como una explicación de naturaleza científica(2)

    Origen

    El término geoeconomía, empezará a tomar impulso, unos años más tarde, con el desarrollo de la llamada economía de los recursos naturales – con autores como Thomas H. Tietenberg (1988 – Environmental and Natural Resource Economics), y Alan Randall y Ricardo Calvet Pérez (1985 – Economía de los recursos naturales y política ambiental) 

    Posteriormente, en la década de los noventas, tendrá algún sustento conceptual con pensadores de la economía geográfica como Philip A. Neher (1990 – Natural Resource Economics: Conservation and Exploitation), Erhun Kula (1992 – Economics of Natural Resources and the Environment), Carlos Romero (1994 – Economía de los recursos ambientales y naturales), Manuel Varela Lafuente (1995 – Introducción a la economía de los recursos naturales), Roxana Barrantes (1997 – Hacia un nuevo dorado: Economía de los recursos naturales) o Conrad (1999 – Resource Economics).

    Pero realmente crecerá como concepto cuando, en ese mismo período, Nicolae Luttwak(3) le un sentido al término, pues le define un marco teórico y lo eleva a la categoría de disciplina científica. Su idea básica era que la rivalidad entre las naciones, se podría explicar y enfrentar, utilizando medios económicos en lugar de instrumentos bélicos. Y que ello tendría que hacerse siempre bajo consideraciones espaciales, pues es allí donde están presentes los recursos naturales, las materias primas, los procesos de producción y los mercados en disputa y por lo tanto los conflictos.  

    A partir de entonces muchos analistas empezaron a emplearla con frecuencia.

    También, y por los mismos tiempos, Pascal Lorot (4), buscó definirla y concluyó que se trataba del “análisis de las estrategias y políticas estatales de tipo económico, especialmente las comerciales, destinadas a proteger las economías nacionales, adquirir el dominio de tecnologías claves, garantizar la existencia de algunos segmentos de mercado y sobre todo la mejora en la producción y comercialización de productos, que fueran elementos de poder o de proyección internacional de su economía y de su sociedad nacional” 

    Para este autor, la geoeconomía buscaría ayudar a las empresas nacionales, para que aumentaran su poder e influencia internacional y así contribuyeran a reforzar el potencial económico y social del país.

    Igualmente, otros pensadores buscarían darle sentido y sustento a sus fundamentos. Entre otros, podrían citarse analistas como Philip A. Neher (1990), Erhun Kula (1992), y por supuesto, De Mateo y Souza (1993) para los cuales la geoeconomía partía de la razón de ser de los Estados y de su disyuntiva entre negociar o combatir. 

    También se puede nombrar a Romero (1994), Varela (1995) y O’Loughlin y Anselin (1996) quienes pensaron que la competencia económica y los bloques comerciales, eran la razón de ser de la geoeconomía.

    Luego, también se puede citar a Roxana Barrantes (1997), y Matthew Spark (1998), quienes ven a la geopolítica y la geoeconomía como similares, pero con diferencias muy sutiles. Y en 1999, Conrad y en el 2000, Field y Martinez-Alier.  

    De otro lado, pero ya en América Latina, el padre de la geografía económica mexicana, Angel Bassols(5) la definió como una disciplina que debe estudiar la producción y distribución dentro de las regiones geográficas. Su premisa práctica era que una zona geoeconómica debía contar con recursos naturales que le fueran valiosos para su crecimiento económico. 

    Crecimiento conceptual

    Ahora bien, con la llegada del siglo XXI, se empezó a pensar fuertemente que las sociedades y el hombre tenían otra finalidad frente al tema de los recursos naturales, más que sólo usarlos o explotarlos, pues la naturaleza no sólo se ofrecía para el beneficio humano, sino que ella misma tenía límites y por tanto era finita. A partir de allí se afirmó que tampoco se trataba sólo de contemplar a los recursos naturales o de estudiarlos, sino que se debía conservarlos, multiplicarlos, mejorarlos y aprovecharlos sin llegar a destruírlos o acabarlos.  

    Aquí la sociedad, el estado y los países empezaron a adoptar otra visión espacial, pues, por ejemplo, los espacios y muchos de sus recursos ahora se entenderían como esenciales para la humanidad entera, ya que los bosques, los océanos, los páramos, los glaciares, entre muchos otros, serán vistos como vitales para su supervivencia. Así que su posesión y dominio sería fuente de poder y por lo tanto de conflicto.

    Y al mismo tiempo, si tales espacios son fuente de riqueza para quienes los posean o dominen, pues siguen siendo el soporte de las materias primas para muchos productos, como es el caso del petróleo, el carbón, los alimentos agrícolas y animales, entonces cada espacio es un generador de conflictos.

    Se entiende entonces que en este siglo, hay un cambio de perspectiva, que supone un giro en la visión espacial de las ciencias humanas y sociales, pues ahora el medio ambiente, la ética ambiental, la ecología y todos sus enfoques se desarrollan a partir de la defensa de los recursos naturales. Y adicionalmente esto, le da un nuevo impulso a las ciencias geográficas y del espacio y por supuesto a la geoeconomía.

    Ese desarrollo de esa nueva concepción de la geoeconomía, aparecen nuevos enfoques y una innumerable cantidad de textos y miradas nuevas, asociados todos, a la relación entre recursos naturales, espacios, medio ambiente, economía y poder internacional.

     A manera de ejemplo, se puede citar a Hackett (2001 – Environmental and Natural Resources Economics: Theory, Policy, and the Sustainable Society) y Pere Riera (2005- Manual de economía ambiental y de los recursos naturales) Y más tarde Cowen y Smith (2009). 

    Luego, (Recce, 2010), afirmaría que “la geoeconomía ha sido tomada por los estudiosos de la estrategia como una subdisciplina de la geopolítica, en razón de considerarla estrictamente abocada a la mera ubicación espacial de riquezas naturales y enclaves estratégicos sobre los cuales debía ser ejercida la geopolítica como instancia totalizadora de gestión leviatánica de la preservación de la vida social”(6).

    Y en ese mismo año, Blajove Babić, quién estudió sobre el nacimiento, conformación y desarrollo de la geoeconomía, y Pajovic Slodoban, se centrarán en mostrar que en el siglo XXI hay una nueva conformación de la geoeconomía (7). Estos afirmarán que hay un pensamiento geoeconómico europeo, aunque nacional, uno más de origen ruso, otro estadounidense y uno latinoamericano. 

    Algunas de las afirmaciones de Pajovic serán las siguientes: 

    “Los geoeconomistas franceses y, sobre todo Pascual Lorot, se asumen a la postura norteamericana. puesto que acentúan que el poder militar está perdiendo la primacía después de la caída del sistema bipolar. Sin embargo, ellos insisten en que la “salud económica” de un Estado es el criterio fundamental para determinar su influencia internacional. Por lo tanto, en la era de la globalización los intereses económicos son superiores incluso en comparación con el tratamiento de los intereses políticos de un Estado”.

    “Los expertos franceses destacan que la geoeconomía estudia las estrategias económicas de los estados y, particularmente, las comerciales que se aprueban con el fin de garantizarse una posición más favorable y estable en una constelación económico-financiera internacional cambiante y altamente competitiva. En consecuencia, puede decirse que se trata de estrategias orientadas a defender los intereses económicos estatales. Entre los objetivos estatales se concreta la dominante necesidad de apoderarse de algunas partes del mercado mundial para asegurar la exportación de productos y de la tecnología. A diferencia de los geoeconomistas norteamericanos los franceses instan en que la nueva disciplina científica es de alcance global debido al hecho que los espacios geoeconómicos son altamente industrializados”. 

    En cuanto a los italianos, según el mismo Pajovic, “hay nueva estrategia estatal orientada a asegurar un mejor posicionamiento del Estado italiano en un contexto internacional caracterizado por las rivalidades de distinta índole”. 

    Según él para los autores italianos Paolo Savona y Carlo Jean, la nueva disciplina científica en realidad sería un rediseño de la anterior geopolítica de la “Guerra Fría” que priorizaba los aspectos militares y de seguridad. Dicho de otra manera, la geopolítica se transformó en una geoeconomía que colocó el interés económico como elemento prioritario de la estrategia estatal. 

    “Queda evidente que los geoeconomistas italianos comparten la postura de sus colegas norteamericanos con respecto al papel decreciente del poder militar. Simplificando, podría concluirse que la tarea de la geoeconomía es la construcción de una estrategia estatal cuyo objetivo es asegurar a las empresas nacionales mejores condiciones de competitividad e inserción internacional.”

    Finalmente, para Pajovic, los rusos definen a la geoeconomía como disciplina científica y como parte de una ciencia nueva denominada globalística.

    Así que “el objetivo principal de la geoeconomía rusa es estudiar los nuevos espacios económicos que son productos directos de la globalización o sea de la acción real y racional del ser humano a principios del siglo XXI. Estas reflexiones se centran en la ampliación del poder estratégico y competitivo del Estado ruso en el nuevo contexto internacional que surgió finalizándose el proceso de la desmembración de la Unión Soviética y su transformación en la Federación de Rusia”(8). 

    Y luego Pajovic afirma que “cabe señalar que el Profesor Blajove Babić recalca también las importantes aportaciones de los geoeconomistas hindúes y ucranianos” 

    Por otro lado, en el año 2015, la Kahn Academy se centra en estudiar la necesidad urgente de materias primas en el mundo. En el 2017 Black y Harris afirman que la geoeconomía se encarga de analizar las acciones no militares de los estados y Rojas en el 2018 la identifica como war for others means. Mientras que Michael Wiggel en el 2019 la señalará como práctica estratégica. 

    Por su parte, en Latinoamérica, Alejandra Cerón, Henry Cancelado, Daniel Rojas, Diego Suarez, William Palomino y Robert Barreto la identificarán directamente con las nuevas amenazas a la seguridad hemisférica. Y, por último, en el 2020, Jiménez se ocupará de su estructura teórica.     

    Distintos enfoques

    En la actualidad, y con los antecedentes citados, es posible distinguir entonces, por lo menos, nueve enfoques distintos, acerca de su naturaleza conceptual.

    En primer lugar, hay una perspectiva que dice que la geoeconomía es la ciencia que estudia los temas espaciales y económicos de los recursos naturales, o sea, de los bienes materiales que producen la naturaleza y los países. 

    Otra corriente afirma que es una rama de la geopolítica que se encarga de analizar el sistema internacional y el comportamiento de los actores a partir de los intereses económicos. 

    Un tercer enfoque dice que es una disciplina centrada en el análisis de los factores geográficos, físicos y políticos que inciden en la economía de una región y viceversa.

    Una cuarto mirada afirma que la geoeconomía es una subdivisión o un área de la geopolítica, que se dedica a estudiar cómo la política es condicionada por cuestiones geográficas. O a examinar cómo los medios o los recursos económicos pueden ayudar a fortalecer la posición de una nación en el contexto mundial.

    Otra perspectiva sostiene que la geoeconomía estudia el impacto de los recursos en la posición internacional.

    El sexto enfoque sostiene que la geoeconomía está vinculada a las políticas económicas que permiten a los países consolidar su poder y proyectarse internacionalmente. En tal caso, un gobierno puede tratar de aprovechar la infraestructura que ofrece la economía mundial para alcanzar determinados objetivos políticos(9).

    Un séptimo enfoque sostiene que es una herramienta que ayuda a tomar decisiones estratégicas a las naciones, así como evaluar las consecuencias, los riesgos y los beneficios que inciden en la economía, y la cultura de una nación, a partir de factores geográficos, políticos y físicos.

    Otra corriente afirma que la geoeconomía es la transformación de la rivalidad bélica en enfrentamientos económicos. En ese caso, los países marcan su posición y definen sus políticas de expansión a través de esta disciplina en un terreno más económico que militarista(10).

    Finalmente, hay una visión que afirma que la economía es una nueva disciplina científica que se dedica al estudio, análisis, interpretación y aplicación práctica del saber contextual acerca de nuevas discrepancias, hegemonías económico-comerciales y financieras, disputas y diferendos a escala mundial (11). 

    Conclusión

    Hoy no existe una visión única acerca de la naturaleza conceptual de la geoeconomía, pues son muchas sus variantes y enfoques.

    Afirmar que es una ciencia es un poco apresurado, y mucho más, porque su evolución de palabra a término, o de estos a concepto, y de este a campo de estudio o a disciplina, ha sido demasiado rápida, y mucho más, si se la llega a considerar como la base de un campo de acción practico sustentado en principios científicos.

    Más bien se observan muchas ideas, conceptos y visiones sobre la geoeconomía, y por ello, será importante mejorar sus fundamentos conceptuales y metodológicos, para que mejore la explicación sobre los problemas estatales o sociales, asociados con los espacios físicos, los recursos naturales, los países, la riqueza, el poder y, sobre todo, con los conflictos entre naciones, que ahora se ven diferentes. 

    Por ahora, la geoeconomía es un buen instrumento de análisis, aunque requiere de muchas aclaraciones, para ser usada en casos específicos de estudio. 

    Seguramente algún día tendrá un estatuto disciplinar avanzado y preciso.   

    Autor: Mauricio Diagama Durán ( Profesor de geopolítica, geoeconomía y relaciones internacionales, Consultor, investigadorr y  conferencista internacional (Argentina, México, Perú, Rusia, Venezuela, entre otros países) y Nacional, en temas asociados con geopolítica, relaciones internacionales, administración pública, administración educativa, gerencia empresarial internacional, y negocios internacionales. Bogotá, Colombia)

    Notas bibliográficas

    1- La geoeconomía nació en 1942, cuando George Renner (1900 – 1955) usó la palabra por primera vez, en su famoso texto para estudiantes, Human Geography in the Air Age.  Sólo que su uso, no se hizo muy popular, y por ello la palabra ni siquiera figuraba en los diccionarios de la Real Academia Española o la Enciclopedia Británica.

    2-Según la lingüista Elvia María González (conferencia Los significados de la educación. Medellín 2022, Universidad de Antioquia) primero surgen las palabras, luego los términos, después los conceptos, luego los conceptos claros y ampliamente usados. A continuación, viene el sentido de los términos y finalmente el lenguaje científico. 

    3-Estratega de origen judío nacido en Rumania – 4 de noviembre de 1942 -., quién creció en Gran Bretaña y luego emigró a Estados Unidos, donde se hizo muy conocido por ser consultor de empresas multinacionales, especialmente petroleras y autor de textos sobre temas estratégicos. Entre sus libros, se destaca The Pentagon and the Art of War (1985), Strategy: The Logic of War and Peace (1987) y The Endangered American Dream (1993)

    4-Economista y fundador de la revista Geoéconomie. 

    5-Profesor mexicano (1925 – 2012).

    6-https://revistas.unisucre.edu.co/index.php/rpg/article/view/140/147.POLÍTICA,

    GEOECONOMÍA, ECONOMÍA Y CULTURA. «Influencias en el mundo actual». John Arturo Buelvas Parra

    7-Revista CESLA. 2010

    8-Para Pajovic, Ernest Georgievich Kochetov es uno de los más importantes geoeconomistas rusos. 

    9 –https://definicion.de/geoeconomia/

    10-https://www.apd.es/geoeconomia-economia-mundial/

    11-Esa nueva rivalidad internacional de hecho obligaría al aparato estatal a definir y fortalecer su propia hegemonía geoeconómica. Prácticamente, aparece inminente la supremacía de la geoeconomía sobre la geopolítica por lo cual la regionalización del sistema internacional hay que analizarla como un fenómeno nuevo en las relaciones internacionales. Esta postura se basa en la convicción de que la geopolítica está perdiendo la importancia por la inevitable reorganización geoeconómica mundial en forma de establecimiento de sistemas geoeconómicos (regiones-bloques económicos) que incluso pueden contener instrumentos geoestratégicos defensivos u ofensivos y no solamente de índole política o militar.

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