Cristians Carrasquel

    Gran parte de los procesos de cambio, descubrimiento y avances que se logran en la comunidad internacional, en sus diferentes puntos de vista –social, económico y político-, han venido pautados por un gran deseo y/o necesidad de generar alianzas en pro del desarrollo de cada Estado, y hoy en día es imposible cuestionar la importancia que representa para los actores de dicha comunidad, el mantener el contacto de manera eficaz con aquellos que forman parte de la misma.

    Cristians Carrasquel
    Cristians Carrasquel

    Al mismo tiempo y haciendo referencia al término de “gobernanza global”, se entiende que para que los vínculos establecidos previamente puedan seguir de una manera óptima se deben preservar las buenas relaciones de poder entre Estados, en pro de los beneficios colectivos y del sistema en sí.

    Esto como la mayoría de eventos que suceden en el mundo no es un hecho aislado, sino que responde a otro fenómeno social como lo es la globalización. Luego de finalizada la Guerra Fría y ocurrido el quiebre en el status quo del Sistema Internacional, se alza como único hegemón del nuevo sistema unipolar, Estados Unidos de América (EEUU), cuyo sistema capitalista permite y promociona el avance de la globalización –que ya tenía años en crecimiento-, en gran medida debido a sus intereses económicos y de establecimiento como un punto fuerte dentro de dicho sistema.

    Luego de entendido como se forja el proceso de gobernanza global, llega al escenario el cuestionamiento sobre cómo funcionaría este a ciencia cierta, ya que la realidad es que en la comunidad internacional no todos los Estados y actores que la conforman tienen establecidos unas metas de interés general o buscan el bien común, parte de ella son Estados cuyas practicas distan en cierta medida del buen comportamiento que se debería tener por parte de un Estado en el siglo XXI, es decir, son violadores de Derechos Humanos (DDHH), no respetan la ley y la justicia, y la preservación del medio ambiente de su territorio es prácticamente nulo.

    Por el correcto funcionamiento de dicho proceso se colocan varios puntos clave o principios para que se pueda dar en el marco de la comunidad internacional las relaciones de poder que beneficien a los intereses de la mayoría. Por eso, dentro de los retos que se afronta para llevar la cooperación con una visión de futuro está el respeto y cumplimiento del ideal democrático en cada Estado, además del respeto a su ciudadanía. Siendo este un requisito primordial e indispensable para que los actores dentro del tablero de juego protejan todos los mismos valores democráticos. Aunado a este punto se le agrega otro principio, la legitimidad del poder de los gobernantes.

    Son establecidos estos dos puntos porque al observar con detenimiento las acciones de algunos países no democráticos se evidencia que aunque quieran mantener un cierto modo de actuar en lo económico, no respetan las libertades individuales de cada persona, sin la cual no hay verdadera democracia, por lo que no se podría dar un proceso de gobernanza óptimo.

    Más adelante se tienen otros principios, como lo serían la competencia y eficacia, bajo la cual las instituciones responden –o deberían de- a los diferentes intereses o necesidades su población. De manera tal que pueda vincularse con otro principio, la cooperación, para así ver el punto de encuentro entre los intereses nacionales y las metas que se puedan pautar en un trabajo en conjunto en un macro proyecto.

    Lo que lleva al último principio, la relación entre las escalas de gobernanza local y mundial, que siguiendo lo pautado hasta el momento por el modo de relacionarse entre sí mismos, indica que los Estados deben establecer unas reglas comunes que les permitan la integración de todos los actores desde un nivel local y global.

    Y ya conocidos los principios que muestran cómo podría funcionar, ahora cabe señalar si estos se cumplen en el 100% de los casos. Y la verdad es que deberían, pero un mundo tan variado a nivel cultural y social, es prácticamente imposible que todos los países cumplan con las mismas características, ya sea cuestión de probabilidades o del imaginario de cada sociedad, la visión general que se obtiene del asunto es una donde desde la raíz, algunos principios son obviados por la fuerza y el peso de los actores, sin los cuales no se podría mantener una estabilidad o asegurar el desarrollo en algunas zonas geográficas.

    Pero también se da el escenario en que dichos actores, -por ejemplo: Rusia y China- mantienen una gobernanza en su región, mientras buscan expandir su visión para seguir asegurando su valía como actor, a la par que demuestran que lo que más les interesa es la defensa de sus líneas ideológicas y el cambio de poder a sus manos dentro del sistema internacional.

    Una línea muy diferente a la de todos los actores que cumplen con los principios que dan una buena gobernanza global. Y a pesar de que –y por el hecho de que no todos pueden responder a las mismas características- muchos Estados discrepen del modo de hacer política en distintos escenarios, ya sea por encuentros ideológicos o por intereses económicos, lo que los lleva a abogar por un espacio de encuentro y cooperación es la promesa de que juntos están apostando por crear una visión conjunta de desarrollo a nivel global, bajo la cual todos obtienen ganancias, incentivan la resolución de conflictos de una manera pacífica y trabajan por defender y legitimar las instituciones u organismos internacionales de las que forman parte y de las cuales emanan el diseño y planificación de las agendas que se realizan a partir de sus acuerdos.

    En líneas generales se puede entender que dentro de cada Estado existe la responsabilidad individual de proteger y hacer valer la democracia, mientras acepta la realidad actual en la que el verdadero logro que se puede cosechar a nivel interno, para su estructura y ciudadanía, vendrá dado en tanto y en cuanto se logren establecer relaciones de poder y alianzas, -inclusive con actores no estatales-, que orientadas bajo ciertos parámetros como por ejemplo, la Agenda 2030 de los ODS, formen un beneficio global desde sus distintos espacios de acción. Y claro que estos procesos encontraran muchos contratiempos, como lo difícil que será mantener la armonía entre tantas fichas en el tablero, pero como en el ajedrez, lo importante no es mover rápido, sino pensar antes de mover.

    Autor: Cristians Carrasquel (Estudiante de Estudios Internacionales en la Universidad Central de Venezuela. Secretario de Cultura del Centro de Estudiantes de la misma escuela. Director de los ODS por el Estado Miranda para la Alianza Global de Jóvenes Políticos en Venezuela. Egresado del Diplomado Invento: Innovación en Código U, 1001 Ideas con el CIAP UCAB. Estudiante del Diplomado en Liderazgo Social y Político de la Universidad Metropolitana).

    (Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen únicamente al autor y no reflejan necesariamente las opiniones de World Geostrategic Insights).

    Foto: Andreas Komodromos/Flicker

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